lunes, 24 de noviembre de 2014

Aprovechemos el tiempo.

Es muy normal que los niños y niñas de estas edades saquen de quicio a sus padres y madres a la hora de afrontar el trabajo en casa. Es demasiado habitual escuchar expresiones como: "Mi niño se tira cuatro horas todas las tardes para hacer las tareas en casa". Normalmente, esta afirmación va acompañada de la confesión de que no es la cantidad de tareas las que ha provocado esta situación, sino la actitud del niño o niña, que desperdicia las horas delante del libro con una actitud apática.
Conseguir que el niño aprenda a gestionar su tiempo es nuestra principal tarea, para lo cual sugiero lo siguiente:


  • Hay que hacerle entender que el tiempo que pierde, se lo quita de hacer otras cosas con las que va a disfrutar mucho más. La principal recompensa es TENER TIEMPO LIBRE PARA HACER LO QUE REALMENTE LE APETECE. Y el tiempo que se pierde no se recupera, porque después vendrá la hora de cenar, ducharse, acostarse... Por eso lo mejor es empezar con predisposición y fuerza, para terminar lo antes posible.
  • No vamos a estar pegados al niño mientras hace la tarea. Es él el que tiene que ponerse la pilas. Si le ayudamos demasiado, menos se esforzará y menos autónomo va a ser.
  • Vamos a enseñarle a gestionar el tiempo. Le vamos a poner un reloj (preferiblemente digital a la vista en la mesa de estudio.
  • Vamos a apuntar en una hoja toda la tarea que tiene por delante (en la ilustración de abajo la he enmarcado en un recuadro rojo)
  • Después vamos a distribuir el tiempo ACTIVIDAD POR ACTIVIDAD. Por ejemplo, el niño se sienta a las 14:45 (es sólo un ejemplo, normalmente van a empezar más tarde). Tal y como viene actuando, es capaz de terminar a las 19 horas, agotado, malhumorado y con la autoestima por los suelos. 
  • Pero nosotros vamos a apuntar la primera asignatura con la que va a trabajar (observa la flecha naranja). Lo primero que apuntamos es la hora de comienzo. Y calculamos cuánto tiempo puede tardar en hacer la primera actividad, siendo un poco generosos (pero no demasiado) con nuestra previsión. En el ejemplo se trata de una actividad muy corta que en apenas tres minutos habría terminado, nosotros le damos uno más.
  • Continuamos así con todas las actividades, otorgándole más o menos tiempo según veamos si es más larga o más corta, más sencilla o más compleja, y siempre dándole un margen de tiempo extra (pero no mucho, insisto).
-----Sigue leyendo debajo de la ilustración-----



  • Ahora viene lo más importante: Me aseguro que el niño tiene todo lo que necesita a mano Y ME VOY DE LA HABITACIÓN A HACER MIS COSAS.
  • Cuando yo vea que ya debería haber terminado la primera actividad, me asomo y miro, le doy ánimos si va cumpliendo lo planificado, o le insto a que vaya más rápido si empieza a retrasarse.
  • VUELVO A MARCHARME, y voy entrando de vez en cuando para revisar el rendimiento.
  • Terminada una asignatura, comenzamos otra (flecha azul) y vamos ajustando el tiempo.
  • Inicialmente, tendré que hacer el planning asignatura por asignatura, pero podrá llegar el momento en el que pueda ponerle el plan de trabajo completo, aunque hacerlo paso a paso permite ajustar nuestras previsiones..
  • Al principio puede que os cueste determinar el tiempo ideal a emplear en cada actividad, hacédselo saber a ellos: No hay nadie infalible.
  • Muy importante: APLAUDID SUS LOGROS.
  • En algunos casos, puede que sea necesario coordinar esta actividad con el profe, por medio de la agenda. Ellos sabrán que en la agenda vais a escribir cómo ha ido la tarde para que el profe se entere.
  • Paciencia, paciencia, paciencia..... y exigencia. 



Preparando una canción para Navidad